martes, 4 de agosto de 2015

GTD: Cuando la proactividad deja de ser una quimera

      En muchas ocasiones, nos encontramos frente a situaciones que definitivamente nos sobrepasan. No es difícil imaginarse a uno mismo rodeado de tareas, trabajos, compromisos o proyectos personales pidiendo a gritos que les presten atención, que les atiendan y que les den vida. Tal es ésta la necesidad, que a duras penas consigues repartir tu escaso y valioso tiempo entre todos ellos, consiguiendo, en el mejor de los casos, atender al primero de la lista, al que se supone más urgente, hasta que las circunstancias lo postergan a posiciones secundarias con el consiguiente peligro de ser atrapado por el polvo y el olvido.
   Mientras tanto, tu vas sintiendo una sensación de frustración aderezada con ciertas dosis de impotencia que te corroe, haciendo imposible que logres evitar que tu no diriges tu destino, sino que los constantes inputs que recibes a diario son los que verdaderamente no te están llevando a ninguna parte. Eres un "apaga-fuegos" y corres como pollo sin cabeza. Frente a esto necesitamos control y perspectiva.